¿Que
nos asusta de las Instituciones en las cuales trabajamos?
Asustan la privatización de los problemas, porque
dilatan respuestas, activan sensaciones amenazantes, provocan Soledad.
Asustan las miradas redentoras de quienes se convencieron que un docente " caído" es sinónimo de que no pudo adaptarse a las representaciones clásicas, a los trajes a medida, a lo guionado.
Asustan las luchas para argumentar a favor de lo disciplinado.
Asustan las miradas redentoras de quienes se convencieron que un docente " caído" es sinónimo de que no pudo adaptarse a las representaciones clásicas, a los trajes a medida, a lo guionado.
Asustan las luchas para argumentar a favor de lo disciplinado.
Asusta el
agotamiento porque no tiene chance, porque no se producen alteraciones que despierten en los docentes un
empoderamiento.
Asusta el
no poder encontrarnos,para” docentear ”para tomar decisiones que involucren los murmullos del
aula, la simultaneidad de lo que ocurre en nuestra “ Zona de Aprendizaje”.
Asusta la desestimación de experiencias Negativas en pos del Ya
aprenderemos, somos nuevos en esto, y también asusta la desestimación de
experiencias positivas porque se sigue pensando en función de algunos, porque
no se articulan los medios para lograr
contagio, entusiasmo, propagación .
Asusta que
algunos actores cuenten con la “ventaja” de dejar fuera del juego a otros,
cuando lidiar con las circunstancias se hace difícil y exige poner la otra
mejilla.
Asustan
las distancias que se ponen de manifiesto a la hora de tomar decisiones que
involucran al “Otro” entrenando una mirada esquiva, huidiza que no quiere ver
la periferia.
Asusta que
se imiten costumbres, ritos, sin un hilo de creación, donde todo se reitere sin
modificación alguna, porque cuando se copia se termina quedando “ atrás” , se
desactualiza, se pierde la posibilidad de despojarse de lo rutinario.
Asusta que
siempre tengamos que “leer el prólogo”
para “ver la obra”.
Asustan las
personas que tienen miradas sin palabras, sin gestos o con un único gesto,
porque sienten que el camino recorrido , no los preparó para que “pase algo”
diferente, contundente, jugado.
Asusta que
“no pase nada” porque eso significa que no pasa por recortar, adaptar o,
perforar el programa educativo, por achicar tiempos, propuestas para que el otro
pueda entender, como haciéndole un favor.
Asustan los
No Encuentros con el otro” porque no podemos combinar relaciones y presencias
que nos permitan superar la orfandad, el miedo, el tutelaje.
Asusta una
escuela que no se auto gestione, que tienda a ir buscando aliados que le
permitan perpetuarse en prácticas ya armadas, armando afinidades que generen la
seguridad de estar hablando el mismo idioma, aunque no sea un lenguaje que
incluya a todos los actores que están en el escenario.
Asusta el
seguir escuchando frases como” Por qué unidad vas? Ya diste todos los
contenidos? Como si fuera necesario e importante respetar contenidos aislados, sin
contacto con la realidad, sin armar vínculos, que nos permitan cruzarnos con
otros, para entender juntos .
Asusta que
todavía cueste entender que “Que lo común” no es sinónimo de “Para todos lo
mismo”, Lo común no tiene manual de instrucción, no responde a una receta, lo
común tiene que atravesar espacios sin tiempos preestablecidos, pudiendo hacer
frente a las interferencias y resistiéndose
al formateo..
Asusta escuchar siempre los
mismos mensajes cada principio de año, de docentes que no están convencidos de
lo que proponen.
Asustan que no se piense en los docentes noveles; se los llena de palabras, pero no se los nutre con experiencias que los involucren y les ayude a metamorfosearse, olvidándonos que son en muchos casos el resultado de una enseñanza que no siempre fue actualizada.
Asustan los dobles mensajes, la falta de respeto a las trayectorias, argumentando que se busca gente Joven.
Asusta las miradas que no ven, individualizadas, que descuidan al otro.
Asusta que los mismos docentes boicoteen nuestra profesión, la hagan vulnerable.
Asusta la información de pasillo, porque hace crecer cizaña entre la hierba buena.
Asusta la capacidad de naturalizar conductas, adaptándonos a Zonas de Confort.
Asusta la impotencia que genera ,el ver que se cometen los mismos errores.
Asusta la Memoria a corto plazo.
Asustan que no se piense en los docentes noveles; se los llena de palabras, pero no se los nutre con experiencias que los involucren y les ayude a metamorfosearse, olvidándonos que son en muchos casos el resultado de una enseñanza que no siempre fue actualizada.
Asustan los dobles mensajes, la falta de respeto a las trayectorias, argumentando que se busca gente Joven.
Asusta las miradas que no ven, individualizadas, que descuidan al otro.
Asusta que los mismos docentes boicoteen nuestra profesión, la hagan vulnerable.
Asusta la información de pasillo, porque hace crecer cizaña entre la hierba buena.
Asusta la capacidad de naturalizar conductas, adaptándonos a Zonas de Confort.
Asusta la impotencia que genera ,el ver que se cometen los mismos errores.
Asusta la Memoria a corto plazo.
Asustan la desligadura y la
fragilidad de los vínculos creados en las instituciones.
Asustan las miradas que
invisibilizan lo que no se puede tramitar, representar, lo que causa malestar.
Asusta el “destrato”
disfrazado de ”está todo bien, somos comunidad, somos familia…”
Asusta la falta de
intersticios que nos acerquen al “otro” llámese colega, alumno, compañero de
trabajo, familias que son diferentes,
extraños, ajenos a nosotros.
Asusta la clandestinidad de decisiones
que se toman sin objetividad y las ”encerronas” apelando a la ética y a la
moral.
Asustan los “atajos”
que significan no creer en las posibilidades, no buscarle la vuelta a lo que
nos sucede
Asustan las miradas invisibles, que no logran acomodarse
a los “Signos de los tiempos” no permitiendo
habitar las escuelas, porque producen desgaste de emociones, y vínculos
Entonces me puse a pensar qué hacemos en
nuestras instituciones,
Ø
Cómo contagiamos el
sentido de pertenencia a Nuestras Instituciones.
Cómo provocamos , contagiamos e inspiramos si no asumimos riesgos personales y tenemos el fracaso como profecía.
Cómo provocamos , contagiamos e inspiramos si no asumimos riesgos personales y tenemos el fracaso como profecía.
Ø
Cómo enseñamos a pensar en modo “Entre” y en límites que no son
cercos.
Ø
Cómo evitamos que exista una relación móvil que
oscile entre la confianza y la desconfianza que no permite revisar
posicionamientos, discursos, prácticas y formas de trabajar.
Ø
Cómo hacemos para no ser imparciales y
neutros con lo que vivimos día a día en las aulas, pasillos, bibliotecas,
regencias…
Ø
Cómo pensamos los espacios vacíos, las
ausencias ,los gritos silenciados.
Ø
Cómo diferenciamos los roles de las personas,
sin que el “otro” compañero de trabajo sienta que lo que está en juego es el
oportunismo o la agresión.
Ø
Cómo podemos distinguir matices que dan
cuenta del camuflaje de situaciones poco claras, poco legítimas.
Ø
Cómo creamos experiencias donde se entrecrucen
saberes, miradas, momentos, recuerdos, ilusiones, proyectos y por qué no ;
fantasías y esperanzas.
Ø
Cómo enseñamos a levantar “ La vista” y
decir NO., no es justo, no es lo mismo, no quiero, no me representa. Decir NO,
sin MIEDO a los ajustes de cuenta silenciosos.
Ø
Cómo “Marcar terreno” para hablar de
prescripciones, relatos, diálogos, historias.
Ø
Cómo promovemos relatos que animen
a posicionarnos como herederos de una historia, pero evitando la
neutralidad, pudiendo sentirnos protagonistas, interventores que modifican, retocan,se apropian y crean desde lo POSIBLE.
Ø
Cómo transmitir La
humildad que da el saber,y la sencillez que se va adquiriendo cuando amamos lo
que elegimos. Cuando Amamos hacer
docencia. DOCENTEAR.