lunes, 3 de febrero de 2020

Escribiendo en” CLAVE DE HUELLAS”



El niño reconstruye conocimiento por lo tanto la tarea docente debe estar centrada en transmitir conocimientos actuales y relevantes para que nuestros alumnos sean creativos y tengan espíritu crítico, teniendo en cuenta que vienen con marcas que les dejaron los docentes , acontecimientos o circunstancias que fueron vivenciando en su trayectoria educativa ( familia, escuela, sociedad)” Emilio Fanfani
Huellas que hemos dejado al andar, huellas que otros han dejado en nuestro andar. 
Buscar otras huellas, reconocerlas, seguirlas... Explorar caminos andados …
Cuando tomé la decisión de escribir sobre las Huellas pedagógicas , comencé buscando significados de la misma:

Huella:
·                    Procede del verbo hollar que puede traducirse como “pisar dejando una marca en el suelo”.
·                    Es la marca que deja la yema del dedo en un objeto al tocarlo.
·                    Es un indicio o alusión.
·                    Es un rastro o vestigio dejado por alguien o algo.

Y entonces  me puse a escribir en clave de huellas, en principio desde este significado  Rastro o vestigio que es dejado por alguien o algo.”
 Las huellas que me marcaron o que están presentes cuando me paro a dar clases, considero que  son  marcas que me motivaron a ir más allá, a romper estructuras, a pensar desafíos,  a creer que se puede. Me permitieron poder pensar la enseñanza desde las posibilidades de cada uno, con el objetivo en lo posible, de evitar fracasos, o la tan mencionada profecía auto cumplida.
Mis marcas, mis huellas, me permitieron acomodarme y adaptarme a la nueva forma de vida de mis alumnos.
Considero entonces que las huellas nos permiten armar trayectorias que no estén desiertas de iniciativas, nos permiten tener cierto grado de certidumbre en lo que le planteamos a nuestros alumnos, en cómo le enseñamos a mirar e intervenir .

Releer lo andado para escribir lo posible.

“Procede del verbo hollar que puede traducirse como “pisar dejando una marca en el suelo”.
Huellas, pisadas ,marcas  para pensar con otros, se han vuelto sinónimo de una época entrañable, intensa, preparada, esperada,  disfrutada por cada una de las alumnas que me dejaron sus testimonios.

Al compartir tiempo con nuestra co-formadora nos sorprendió la manera en la que organiza sus clases , materiales , tiempo y proyectos con otras docentes del establecimiento. Destacamos la forma en la que nos integraron al grupo.
Con respecto al trabajo en equipo, los alumnos solían trabajar en pareja con su compañero de banco . La docente utilizaba siempre la misma forma de agrupamiento. En una de nuestras clases, para salir de lo rutinario del grupo, pedimos a los alumnos que se reúnan en grupos de 5 integrantes, de esta manera propiciamos el intercambio de compañeros, para que así puedan relacionarse más.
Palabras,dichas, oídas, imitadas y repetidas ad infinitud, hasta que llegamos a percibirlas como evidencias de que al acercarnos no quedan impunes a nuestro acercamiento ( Molina 2014).
Las huellas  son en función de  lo que  nos pasa, o lo que nos acontece, o lo que nos  llega, y deben permitir que sucedan o acontezcan nuevas cosas que dejen nuevas experiencias permitiendo conectar lo vivido, con la novedad.
Huellas en escena
·     Escenas que dicen de nuestras prácticas.

Maestros generosos.

Dan
Dan por dar
Dan porque sí
Dan hasta lo que
No saben que tienen…
Porque confían
Que lo que sus alumnos
Harán con lo que les fue dado
Será tan maravilloso
Que ellos ni si quiera
Pueden imaginarlo.
Pablo Pineau.


El desarrollo de nuestras prácticas de ensayo se realizó en un segundo grado, caracterizado por un grupo de alumnos que todo el tiempo nos llevaban a descubrir nuevos desafíos. Ante estas situaciones, reinó el miedo y  la incertidumbre a la hora de llevar a cabo nuestras enseñanzas. Cabe destacar la importancia de una compañía pedagógica que ayudó a mirar con otros ojos nuestras prácticas.
Durante los primeros días de observación logramos acercarnos al grupo, conocerlos y generar ante ellos un vínculo afectivo y sano que propició el desarrollo de las prácticas posteriores. Es importante aclarar que la ayuda de la coformadora fue muy importante, ya que nos motivó, nos relajó y nos brindó su espacio para que con total libertad podamos desarrollarnos como futuras docentes.

Aludiendo a Machado nos recuerda que el camino se hace al andar y ahí aparece la figura del caminante, quien  va dejando huellas  en la trayectoria del otro.
Encuentro en  Philippe Meirieu  ( Frankestein educador 1996) que la intervención de todo docente en la formación del “ Docente principiante” tiene que ver con pensar que “en el fondo, lo que he hecho, lo he hecho para eso, para que los hombres iguales a mí se lo apropien, me despojen de ello, en cierto sentido y puedan decir a su vez ese ” cuadro es mío”, ese alumno tiene mi rastro, coincidimos en ciertas prácticas educativas

Retomo esta frase: “la ayuda de la coformadora fue muy importante”. La decisión de mirar desde este lugar es precisamente lo que les permitió superar lo que viene dado en cuestiones pedagógicas,  para posibilitar que cada cual pueda cambiar, hacer sitio, y prenderse de preguntas que puedan dar respuestas a saberes verdaderos y significativos.

Tejiendo humanidades”

·                    Es la marca que deja la yema del dedo en un objeto al tocarlo”.

Llegamos a lugares que no están lisos, que no son homogéneos, no están en blanco, están cargados de percepciones, pasiones, representaciones, están pues preñados de representaciones, marcas , huellas.( Molina 2014)

En definitiva, se trata de “Crear lazos entre el que llega y el que esta allí, salir del enfrentamiento entre el amo y el esclavo. (Philippe Meireu 1996)


El primer día que llegamos a la escuela no sentimos realmente que tuvimos el acompañamiento adecuado y esperado. La secretaria que nos atendió no sabía que iríamos, nos dio unas indicaciones y nos dejó que nos orientemos solas hasta el aula. A este punto, nosotras no sabíamos dónde era el aula, si podíamos entrar o no, si la docente estaba y nos podía atender. Debimos preguntar a una asistente escolar y ella nos orientó. Esa primera experiencia nos desconcertó ya que no sabíamos qué hacer ni con quien hablar. Pero luego, todo cambió. La docente nos recibió agradablemente y nos explicó la forma de trabajo de la escuela (vestimenta, horarios, planificación, etc.). A la hora de presentarnos a los otros docentes y a los directivos, ellos se interesaron por nosotras y, nos acompañaron y ayudaron en todo lo que necesitamos a lo largo de nuestras prácticas, haciendo de esta experiencia un grato momento.
  Retomo este significado para poder pensar en este testimonio
 “ rastro o vestigio que es dejado por alguien o algo” debemos pensar esas marcas en función de variaciones, resonancias, que cambian la interpretación y la intensidad de quien está del “ Otro lado”y que transforman la experiencia de adentrarse en el conocimiento en una aventura que se hace  relato sujentando esas marcas
.

CONCLUSIÓN.

Se puede decir que hay  palabras, mensajes, miradas  que dejan huellas, marcas, surcos…

Las huellas sirven para atrapar momentos que dejan marcas ¿ Esto es bueno o malo?

De toda una vida de transitar aulas, como alumna y como docente, quedan  un manojo de palabras, recuerdos, nostalgias. que me  permitieron, re-aprender a escuchar, buscar , reciclar momentos.

En este proceso de escritura recordé una carta que escribí hace ya unos años

Desde este lugar, entiendo con el corazón ante todo y después sí, también con la razón, que enseñar implica un desafío constante, un conectarnos a diario con nuestros registros, esquemas, saberes para poder ampliar nuestra mirada, argumentar nuestra práctica diaria desde acciones concretas que habiliten el pensamiento crítico, la creatividad, el gusto y el placer de encontrarnos a diario en las aulas.
Pensar las trayectorias en relación a la idea de camino, de pisadas, de  interrupción, de atajo, de desvío, al decir de Nicastro 2016,  es poder entender que  no debemos ser meros archivistas de lo que fuimos viviendo,  ni solo  cronistas
 Me propongo entonces, generar un tiempo para  recuperar   las huellas de lo escolar, sobre las trazas que dejé, dejo y dejaron en mi  los haceres pedagógicos cotidianos y volverlos expresiones eficaces  de una escritura para dar de leer a otros colegas, para enriquecernos, para acompañarnos en esto de comenzar a desandar la palabra Huellas.. Pero, lo concreto es que parto  de un convencimiento: Hay en las trayectorias  de todos los docentes  momentos intimos, únicos que impactan de lleno en nuestra memoria.
Si pienso que las trayectorias educativas dejan huellas y que esas huellas pueden crear lazos, dejar un plus , crear un entre , recupero este diálogo entre el Principito y el zorro

-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado.
-¡Ah! Perdón -dijo el principito.-[…]¿Qué significa “domesticar”?
-Es una cosa demasiado olvidada. Significa “crear lazos”.
-¿Crear lazos?
Momentos que están impregnados y preñados de Huellas, que me  permiten asociar,   las huellas con  “ Domesticar” “ Crear lazos” con  de lo que ocurre y con los efectos colaterales de los vínculos pedagógicos que se ponen en marcha. Otras veces están ahí, como esperando una pista para dejarse sentir,  se resisten a perderse en el olvido , porque en palabras de Carlos  Skliar lo viejo esta lejos de ser antiguo o anacrónico.
 Entiendo que las huellas nos ayudan a sujetar momentos de encuentro para que lo novedoso no nos haga perder los rastros de otros tiempos, de otras personas,  de  otros libros, otras palabras, de otros lugares.

Huellas se hacen , se dejan , se añoran. Muchas de ellas dejan sensaciones de vacío, de perplejidad ante la resistencia del otro y la lentitud de sus progresos o de apasionamiento cuando las cosas comienzan a desbloquearse y se siente que se está cerca del éxito…( Frankestein Educador )

Las huellas deben tener resto, deben dar la certeza de un camino recorrido con otros ,
Las huellas son testimonios que dan cuenta de otro , desde su palabra, desde su estar, desde su mirada.

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